jueves, 16 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE JUNIO DE 2022

 Mt 6,19-23: Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«No atesoréis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen y donde los ladrones abren boquetes y los roban. 

Haceos tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los roen, ni ladrones que abren boquetes y roban. Porque donde está tu tesoro, allí estará tu corazón. 

La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; pero si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Si, pues, la luz que hay en ti está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!». 



Seguimos avanzando en estas recomendaciones que nos hace Jesús en el sermón del monte. Jesús empieza pronto dando los puntos fundamentales de su seguimiento. Lo que hay que hacer, por donde hay que ir. También medidas para saber medir la calidad de mi seguimiento. Esta expresión nos pone sobreaviso ante posibles autoengaños. Podemos estar dando por supuesto nuestro amor y seguimiento del Señor. Pero la fe se mide en la encrucijada, cuando tenemos que elegir. En la elección, nos descubrimos en nuestras prioridades.

¿Elegimos al Señor en las grandes decisiones? ¿Elegimos al Señor en el día a día? 

¿De qué nos podríamos desprender? ¿De qué no nos podríamos desprender? Piensa en personas, piensa en cosas, piensa en situaciones, piensa en el status logrado, etc. 

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