lunes, 6 de junio de 2022

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 7 DE JUNIO DE 2022

 Mt 5,13-16: Vosotros sois la luz del mundo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 

«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? 

No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. 

Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. 

Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. 

Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».


Continuamos con el tiempo ordinario. Saltamos a la semana 10ª (nos habíamos quedado en la semana 8ª). Recordemos que en el tiempo ordinario contemplamos los evangelios consecutivamente: primero Marcos, luego Mateo y por último Lucas. En este caso, estamos en el sermón del monte, centro del evangelio de Mateo.


Después de las bienaventuranzas, Jesús nos invita y nos alecciona a ser luz del mundo y sal de la tierra. Eso será si vivimos las bienaventuranzas. Jesús nos invita a no vivir una vida muelle, a no tener una existencia de “tirando”, sino a reflejar la luz que él nos irradia. Lo que hace falta es estar siempre en Él y la irradiaremos. Evidentemente estar con Él, es estar con sus pensamientos, con sus sentimientos, hacer lo que hace Él…porque los apóstoles estuvieron con Él 3 años, pero no fueron luz en aquellos momentos. 


Ser luz es una vocación, es una identidad: acuérdate que sólo eres luz con Él.

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