jueves, 16 de marzo de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 17 DE MARZO DE 2023

     


     


 Mc 12,28b-34: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor y lo amarás.


En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:

«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».

Respondió Jesús:

«El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser». El segundo es este: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay mandamiento mayor que estos».

El escriba replicó:

«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».

Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:

«No estás lejos del reino de Dios».

Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.


Ante la pregunta que nos puede parecer obvia, dado que la conocemos desde pequeño, sobre el mandamiento principal y primero, Jesús responde con el Credo del pueblo de Israel: Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios es el único Señor…


Centrémonos solamente en la expresión: es el único Señor. Ya dijo Jesús: “no podéis servir a dos señores”. En el día de hoy, pienso que nos cuesta llevar a cabo esta afirmación. No hay otro señor, sino muchos señores. En la época de Jesús, lo que descentraba de este mandamiento era la cantidad de preceptos. Hoy en día, hay multitud de distracciones, obligaciones, burocracia, entretenimiento, consumismo, etc. que muchas veces compiten entre ellos por llevarse el puesto de honor. Pero ninguno de ellos, llega a ser un Señor absoluto. Sólo Jesús puede serlo. 


Y esto es lo importante, que yo me de cuenta, me convenza de que sólo Jesús puede ser mi Señor, que totalice y planifique toda mi existencia. Que la meditación del evangelio de hoy, me ayude a centrarme más en Él.





De la Verbum Domini nº 113 “hoy se reconoce un papel creciente a internet, que representa un nuevo foro para hacer resonar el Evangelio, pero conscientes de que el mundo virtual nunca podrá reemplazar al mundo real, y que la evangelización podrá aprovechar la realidad virtual que ofrecen los new media para establecer relaciones significativas sólo si llega al contacto personal, que sigue siendo insustituible.”

De la Verbum Domini nº 114 “la inculturación no ha de consistir en procesos de adaptación superficial, ni en la confusión sincretista, que diluye la originalidad del Evangelio para hacerlo más fácilmente aceptable. El auténtico paradigma de la inculturación es la encarnación misma del Verbo: «La “culturización” o “inculturación” que promovéis con razón será verdaderamente un reflejo de la encarnación del Verbo, cuando una cultura, transformada y regenerada por el Evangelio, genere de su propia tradición viva expresiones originales de vida, celebración y pensamiento cristianos», haciendo fermentar desde dentro la cultura local, valorizando los semina Verbi y todo lo que hay en ella de positivo, abriéndola a los valores evangélicos”


De la Verbum Domini nº 116 “anunciar la Palabra de Dios exige siempre que nosotros mismos seamos los primeros en emprender un renovado éxodo, en dejar nuestros criterios y nuestra imaginación limitada para dejar espacio en nosotros a la presencia de Cristo”

No hay comentarios:

Publicar un comentario