lunes, 20 de marzo de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 21 DE MARZO DE 2023

    


 Jn 5,1-3.5-16: Al momento aquel hombre quedó sano.


Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.

Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.

Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.

Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:

«¿Quieres quedar sano?».

El enfermo le contestó:

«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».

Jesús le dice:

«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».

Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.

Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:

«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».

Él les contestó:

«El que me ha curado es quien me ha dicho: "Toma tu camilla y echa a andar"».

Ellos le preguntaron:

«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».

Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.

Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:

«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».

Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.

Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.


Jesús atraviesa los soportales de esta piscina, donde están muchas personas enfermas. Éste es el detalle en el que me quisiera fijar. Jesús no rehúye el sufrimiento que le llega: enfermos, pobres, endemoniados, etc. Lo afronta, lo acoge, lo ilumina.


Sin embargo, en este trozo del evangelio vemos que es Jesús el que se acerca a los pobres y enfermos. Camina por los lugares donde están los enfermos. 


En nuestra vida, Jesús no rehúye de mis momentos peores, mis bajadas, mis pecados. Es más, se acerca a mis miserias, las puede curar, iluminar.


Por ello, siéntelo cercano, siéntelo contigo, siente como se te acerca y te dice que cojas tu camilla y te eches a andar. Esa camilla puede representar aquello que quieres dejar y no puedes, aquello que te atenaza...


Por ello, Jesús al acercarse a ti, te dice (con su palabra poderosa) que dejes tu camilla. No la dejes por tí mismo, sino por su palabra, con la fuerza de su palabra. Es más, lo que te está diciendo, que con su fuerza, lo puedes dejar, te está diciendo, que ahora lo puedes apartar.


Siempre su encuentro es una gracia. Goza de ese encuentro.  





De la Verbum Domini nº 117 “en la tradición judeocristiana se encuentra el sugestivo testimonio del amor de Dios por todos los pueblos que, en la alianza establecida con Noé, reúne en un único gran abrazo, simbolizado por el «arco en el cielo» (Gn 9,13.14.16), y que, según las palabras de los profetas, quiere recoger en una única familia universal”

De la Verbum Domini nº 121 “Nunca hemos de olvidar que el fundamento de toda espiritualidad cristiana auténtica y viva es la Palabra de Dios anunciada, acogida, celebrada y meditada en la Iglesia.”


De la Verbum Domini nº 122 "Por eso, nuestro tiempo ha de ser cada día más el de una nueva escucha de la Palabra de Dios y de una nueva evangelización. Redescubrir el puesto central de la Palabra divina en la vida cristiana nos hace reencontrar de nuevo así el sentido más profundo de lo que el Papa Juan Pablo II ha pedido con vigor: continuar la missio ad gentes y emprender con todas las fuerzas la nueva evangelización, sobre todo en aquellas naciones donde el Evangelio se ha olvidado o padece la indiferencia de cierta mayoría a causa de una difundida secularización. Que el Espíritu Santo despierte en los hombres hambre y sed de la Palabra de Dios y suscite entusiastas anunciadores y testigos del Evangelio". 

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