martes, 6 de junio de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 7 DE JUNIO DE 2023

 Mc 12,18-27: No es Dios de muertos, sino de vivos.


En aquel tiempo, se acercaron a Jesús saduceos, de los que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron:

-Maestro, Moisés nos dejó escrito: «Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano.»

Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.

Cuando llegue la resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella.

Jesús les respondió:

-Estáis equivocados, porque no entendéis la Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las mujeres se casarán; serán como ángeles del cielo.

Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: «Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob»? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados.



No es un Dios de muertos, sino de vivos. Jesús nos pone a examen nuestra idea de la vida eterna y la resurrección. Hay cristianos que creen en Dios, pero no creen en la resurrección. Aquí tienen la respuesta. Dios es el Dios creador de la vida, el Dios de los vivos, por tanto, la muerte no puede tener la última palabra. Y es lo que vemos en la naturaleza, la vida se impone tozudamente. 


Esta expresión viene a ilustrar una situación que vemos continuamente en nuestras comunidades parroquiales. Nuestro Dios es el Dios de los muertos, porque en esta situación es cuando nos acordamos de Él. Cuando estamos bien, no lo necesitamos. Por eso, es el Dios de los muertos, y no de los vivos, porque éstos últimos no lo necesitan. Sin embargo, Jesús nos dice: NO ES DIOS DE MUERTOS (y éstos están vivos), SINO DE LOS VIVOS. Lo necesitamos nosotros más que los muertos. Y aquí podemos revisar si buscamos (con sincero corazón) a Dios, si lo necesitamos.


También esta expresión, aunque sacada del contexto propio, nos puede decir también que ese Dios de vivos, y no de muertos, es porque Dios nos da vida. Me parece interesante, ahora, que nos preguntemos si Dios nos está dando vida (ilusión, esperanza, ganas de trabajar…), o sólo me fijo en aspectos exteriores. 


En definitiva, esta frase del Evangelio, toca una tecla importante de la vida cristiana, sentirnos salvados por Dios, porque es un Dios de vivos. 

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