El Evangelio nos presenta un mensaje importante de Jesús sobre el juicio y la hipocresía. En este pasaje, Jesús nos advierte de juzgar a los demás, ya que seremos juzgados de la misma manera. Él nos insta a examinar nuestras propias faltas antes de señalar las de los demás.
Jesús utiliza la metáfora de la viga en el ojo propio y la paja en el ojo del hermano para ilustrar este punto. Nos invita a reconocer nuestras propias debilidades y pecados antes de criticar a los demás. La enseñanza central es que debemos ser conscientes de nuestras propias imperfecciones y tratar a los demás con comprensión y misericordia, en lugar de juzgarlos con dureza.
Este pasaje nos anima a reflexionar sobre nuestra actitud hacia los demás y a practicar la humildad. Nos recuerda que todos somos imperfectos y que, en lugar de juzgar y condenar, debemos mostrar compasión y amor hacia nuestros semejantes.
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