No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío [...] porque eres precioso ante mí, de gran precio, y yo te amo." Is 43, 1b.4a
jueves, 31 de enero de 2013
Comentario al evangelio del 31 de Enero
Mc 4,21-25:
En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre:
-«¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Les dijo también:
-«Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.»
En cuanto leemos este pasaje, pensamos inmediatamente en el caso Gürtel, Urdangarin...Según parece, la intención del autor y de Jesús va por otros derroteros. No es tanto un mensaje negativo, amenazante, sino positivo y estimulante.
Hemos leido ayer la parábola del sembrador y la explicación de Jesús. Hoy, hemos leído a partir del versículo siguiente. Tenemos que leer este texto en consonacia con el anterior.
Más bien, Jesús nos está estimulando a ser predicadores de la Palabra. Todo don se convierte en un deber, no un derecho. Todo don nuestro es un derecho a ser recibido por el otro. En esta dinámica estamos.
Nuestra tarea concreta es iluminar y no ocultar la luz. Iluminar no de nuestra cosecha o nuestros pareceres, sino del don que hemos recibido.
¡A trabajar!
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