viernes, 25 de enero de 2013

Comentario al evangelio del 25 de Enero

Mc 16,15-18: En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: -«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Hoy celebramos la conversión de San Pablo. Es curioso, de ningún santo celebramos el día de su conversión, sino el día de su muerte (dies natali) solamente. Esta fiesta me evoca sobre todo que la FE es un don de Dios, un don grandísimo. Tanto es así, que fue capaz de convertir a un gran enemigo. Cuando muchas veces, como cristianos y apóstoles, hemos dado a personas por perdidas, o pensamos que a esas no les voy a hablar de Dios porque me rechazarán, es un rasgo de mi poca y pobre fe. La Fe es un don Dios gratuito, que Él lo da a quien quiere, como quiere y cuando quiere. Nosotros somos simples instrumentos de Dios. "Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda la creación". También me evoca el perdón y la misericordia de Dios. Dios es capaz de hacer el milagro, y aquél que fue perseguidor, ahora es el mayor apóstol. Muchas veces, salimos con prejuicios y no creemos en el perdón y la misericordia de Dios. Dios siempre tiene una oportunidad para cada uno de nosotros. No creer en la conversión es otro signo de la falta de FE. El salmo 50 nos dice que sin Dios, "siempre tendré presente mi pecado". Sin embargo, el salmista evoca la misericordia de Dios para que cambie su corazón... Que la fiesta de San Pablo renueve nuestra fe para que seamos auténticos apóstoles en medio de nuestro mundo.

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