martes, 24 de septiembre de 2013

Comentario al evangelio del 24 de Septiembre


Lc 8,19-21: Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.
En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.

Entonces le avisaron:

-Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.

El les contestó:

-Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra.

Reflexión

Su madre y sus hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra. No se puede decir más en pocas palabras. Aquí está el resumen del ser cristiano: escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. Así de sencillo. Así de complicado. Así de exigente.
Habla Jesús de la Palabra de Dios, referida en toda su integridad, no ciertas perícopas que a mí me agradan y me dicen más...o me exigen menos.
Dejémonos de espiritualidades ñoñas y zambullámonos de lleno en la Palabra de Dios. Si no, nuestra vida (y espiritualidad) no tendrá consistencia ("el que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece al que edificó su casa sobre rosa [...] el que no escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel que edificó su casa sobre arena").
Que la oremos, la meditemos y empecemos a vivirla. Es un camino largo, pero así la Palabra de Dios (la semilla) empezará a desplegar todo su esplendor y dará mucho fruto.

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