miércoles, 10 de febrero de 2021

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 11 DE FEBRERO DE 2021

Mc 7,24-30: Los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.


En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Se alojó en una casa, procurando pasar desapercibido, pero no lo consiguió; una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija. Él le dijo: 

-«Deja que coman primero los hijos. No está bien echarles a los perros el pan de los hijos.»

Pero ella replicó: 

-«Tienes razón, Señor; pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños.»

Él le contestó: 

-«Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija.»

Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.




Aunque es verdad que el contexto de la respuesta de Jesús es el del judaísmo que era muy nacionalista. Y esta mujer es extranjera…

Sin embargo, me fijo en la alusión de Jesús a los hijos: “deja que coman primero los hijos”. Hoy en día, no podemos ser así de localistas o reduccionistas. Todos somos los hijos de Dios y por tanto, somos todos los que deben comer primero. Y podemos entender en el evangelio una alusión universal que desdibuja nuestro protagonismo. Sin embargo, aún siendo para todos, ES PARA MÍ. Siento que Dios me dice, “come primero tú, porque eres mi hijo”.


Te invito a sentirte hijo de Dios, hijo amado. Te invito a imaginarte la relación con Dios como una relación familiar, de la misma manera que con nuestros padres. Y todo lo que pasa a tu alrededor son los cuidados de Dios contigo: te alimenta, te lava la ropa, te limpia el cuarto, te trae vestido nuevo, etc. 

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