martes, 7 de febrero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 8 DE FEBRERO DE 2023

   Mc 7,14-23: Lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:

«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».

Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. 

Él les dijo: 

«¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina». 

(Con esto declaraba puros todos los alimentos). 

Y siguió: 

«Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».


Me acuerdo de la profecía de Siméon: Jesús como un signo de contradicción: por un lado Jesús es un soplo de aire fresco; pero por otro lado, Jesús es una espada incisiva.


Es un soplo de aire fresco en el enrarecido judaísmo. Tantas normas, tantas prescripciones, que era imposible vivir según Dios. Dios era una losa, más que un bien. Y Jesús viene a simplificarlo todo. No hay que quedarse en lo exterior, sino en lo interior. Para Dios lo importante es el corazón. Por ello, nada es impuro, ya que ha sido creado por Dios (según también hemos visto en las primeras lecturas). 


Pero también Jesús es una espada incisiva dado que descubre las intenciones de los corazones. La maldad no está en las cosas, sino en la intención que ponemos las personas. Por ello, desenmascara muchas intenciones corruptas que tenían los fariseos y demás autoridades religiosas.


Para nosotros también es un soplo de aire fresco, la Palabra de Jesús. Dios no se fija en los cumplimientos, ni tampoco en el detalle de como hacemos las cosas (si ponemos las manos bien o no). Dios es más sencillo, más puro. Las tradiciones, normas, etc, son para nuestra ayuda, para poder tener un espíritu recogido y piadoso a Dios, para que tengamos una dimensión religiosa de la vida y sepamos agradecer a Dios los dones, de quien dependemos.

Es un soplo de aire fresco porque nuestro Dios no es quisquilloso.

Es un soplo de aire fresco porque nuestro Dios no es perfeccionista, es perfección.

Es un soplo de aire fresco porque nuestro Dios no esta pendiente de cuando caemos o lo que hacemos mal

Es un soplo de aire fresco porque nuestro Dios es misericordioso.

Es un soplo de aire fresco porque nuestro Dios está con nosotros.


Pero también es espada afilada para nosotros ¿Quién de nosotros cuando lee el evangelio no se siente concernido? Todo encuentro con Dios produce estupor, es decir, es un encuentro entre la misericordia y la miseria. El encuentro con Jesús nos enfrenta en nuestra realidad. La realidad de nuestras intenciones. Y éste es un terreno resbaladizo, dado que todos caemos.






De la Verbum Domini nº 17“la Palabra divina, pronunciada en el tiempo, fue dada y «entregada» a la Iglesia de modo definitivo, de tal manera que el anuncio de la salvación se comunique eficazmente siempre y en todas partes.”

[…] “El Concilio Vaticano II recuerda también que esta Tradición de origen apostólico es una realidad viva y dinámica, que «va creciendo en la Iglesia con la ayuda del Espíritu Santo»; pero no en el sentido de que cambie en su verdad, que es perenne. Más bien «crece la comprensión de las palabras y las instituciones transmitidas», con la contemplación y el estudio, con la inteligencia fruto de una más profunda experiencia espiritual, así como con la «predicación de los que con la sucesión episcopal recibieron el carisma seguro de la verdad».

La Tradición viva es esencial para que la Iglesia vaya creciendo con el tiempo en la comprensión de la verdad revelada en las Escrituras; en efecto, «la misma Tradición da a conocer a la Iglesia el canon de los libros sagrados y hace que los comprenda cada vez mejor y los mantenga siempre activos».En definitiva, es la Tradición viva de la Iglesia la que nos hace comprender de modo adecuado la Sagrada Escritura como Palabra de Dios”


De la Verbum Domini nº 18“la importancia de educar y formar con claridad al Pueblo de Dios, para acercarse a las Sagradas Escrituras en relación con la Tradición viva de la Iglesia, reconociendo en ellas la misma Palabra de Dios” […] “Verbo de Dios que se hace «carne» y la Palabra que se hace «libro” […] “En efecto, «a través de todas las palabras de la sagrada Escritura, Dios dice sólo una palabra, su Verbo único, en quien él se dice en plenitud (cf. Hb 1,1-3)»,[63] como ya advirtió con claridad san Agustín: «Recordad que es una sola la Palabra de Dios que se desarrolla en toda la Sagrada Escritura y uno solo el Verbo que resuena en la boca de todos los escritores sagrados” […] “la Palabra de Dios se nos da en la Sagrada Escritura como testimonio inspirado de la revelación que, junto con la Tradición viva de la Iglesia, es la regla suprema de la fe.”


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