miércoles, 6 de diciembre de 2023

2º DÍA DEL TRIDUO A LA INMACULADA 2023. 6 DE DICIEMBRE DE 2023. MIRADA DE ESPERANZA

Seguimos con nuestra mirada puesta en la de María, o mejor, con nuestra mirada puesta en Jesús, porque María nos lleva a Jesús.

Decíamos ayer que María tenía una mirada de fe e intentábamos reflexionar sobre ello. Pero decíamos también que tenía una mirada de esperanza.


La esperanza cristiana es la virtud del que lo espera todo de Dios.

La esperanza cristiana es la que da valor y sentido a todas las realidades y actividades humanas de la historia, pues ella infunde en cada momento ese soplo de trascendencia e inmortalidad que nos permite caminar con serenidad, aun en medio de las pruebas y tribulaciones de la vida.


La esperanza cristiana está estrechamente unida al destino de salvación que nos aguarda más allá de la muerte. Sin embargo, de ninguna manera nos distrae ni nos exime de nuestros compromisos históricos con la realidad presente, pues aquello que se espera disfrutar en plenitud después de esta vida, se comienza a vivir ya en esta vida temporal, gracias a la intervención activa y generosa de la Virgen María, que participa en la llegada “del fruto bendito de su vientre” (Lc 1, 42).


Las lecturas de hoy están teñidas de esperanza:

La primera lectura de hoy nos relata de un gran festín, porque aniquilará la muerte para siempre.

Esperábamos en él y nos ha salvado.

Nunca defrauda la espera.

En el salmo esperamos que terminará conduciéndonos hacia fuentes tranquilas y reparará nuestras fuerzas. Nada tememos porque Él va siempre con nosotros…y así podríamos seguir comentando cada uno de los versículos del salmo.

La esperanza la podemos poner en Jesús, porque vemos que siente compasión de su pueblo, cuanto más de cada uno de nosotros.

Por ello, podemos esperar en Él. No está todo perdido, para nada, para Dios nunca está nada perdido.


María lo esperaba todo de Dios, y aunque ayer también hacíamos referencia a este texto, María meditaba todo en su corazón. María no desesperaba, y lo ponía todo en manos de Dios y aguardaba el momento de la manifestación.


Miremos a María, siempre nos mira con esperanza. La esperanza que su Hijo pone en nosotros. Y por eso ve siempre nosotros muchas posibilidades. Para Ella nunca estamos perdidos del todo. Necesitamos de su mirada de esperanza. Para creer en su Hijo, para creer en nosotros mismos. 


Tiene tal mirada en nosotros, que es capaz de ver posibilidades donde sólo aparece impedimentos. 


La actitud de María, que “conservaba y meditaba todo en su corazón” (cf. Lc 2, 19.51), nos invita a “mantener firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa” (Hb 10, 23).


Santa María de la mirada limpia, muéstranos a Jesús; pon a Jesús en nuestros ojos, como lo llevabas retratado en los tuyos. Quiero ver todo desde Jesús, con los ojos de Jesús. Que yo vea las cosas como tú las ves, Señor, que viniste a enseñarnos a mirar.


Santa María de la mirada limpia, quita la suciedad de nuestros ojos y de nuestro corazón, y haz de nuestros ojos, instrumentos de evangelización, portadores de la Buena Noticia. 

Santa María de la mirada limpia, Inmaculada Concepción, ruega por nosotros. 

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