martes, 19 de diciembre de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE DICIEMBRE DE 2023

  Lc 1,26-38: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo:

«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo:

«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel:

«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».

El ángel le contestó:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, "porque para Dios nada hay imposible"».

María contestó:

«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.


Reflexión


El trozo del evangelio de hoy es el que considero más importante de todos. Aquí comienza todo. En Dios no, porque ya había prometido que enviaba un Salvador. Y había llamado y enviado a los profetas y jueces…: “En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a los padres por los profetas. En esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo” Heb 1, 1-2.

Ahora es el momento culminante de ese plan de Dios. Depende del SI de una joven.

El plan de Dios pasa por enviarnos a su Hijo, encarnado, humanizarlo.

Dios se está humanizando. Para humanizarnos a nosotros. Superando la “deshumanización” y “haciéndonos cada día más humanos”.


Ser cristiano es ser profundamente humano. La santidad no está alejada de la humanidad, de la normalidad, de la cotidianidad. Es vivir lo ordinario de manera extraordinaria como nos enseñan María y José.



En las vísperas de hoy


Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombras de muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario