jueves, 22 de noviembre de 2012

Comentario al evangelio del 22 de Noviembre

Lc 19,41-44: En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: -¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Legará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida. De entrada, llama la atención a Jesús llorando. Pocas veces, los evangelios nos lo describen así. Vemos la gran humanidad del Señor. Cuando muchas veces, podremos sentir o pensar que Dios está lejos de nosotros, que no le importa mi situación...Jesús que es el Verbo de Dios, la Palabra de Dios, la transparencia del Padre, llora. Y llora por el gran drama del hombre: ha cerrado sus ojos a su venida. Por encima de todas las preocupaciones y males, el mayor de todos, es el no-reconocimiento de Jesús. Y éste es el gran dolor de Jesús. Se acerca la Navidad. Tendremos 4 semanas para prepararnos. 4 semanas para aprender a abrir nuestro corazón a Él. Viene a traernos la paz, la salvación. Pero si no le abrimos...(el texto de la primera lectura de ayer decía: Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos

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