miércoles, 28 de noviembre de 2012

Comentario al evangelio del 28 de Noviembre

Lc 21,12-19: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa: porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá: con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. El más difícil todavía. Hoy Jesús pide de nosotros vivir "desarmados". Yo creo que Jesús nos está invitando a una vida nueva: a vivir solamente de la confianza en Dios y vivir el amor. Sólo el amor es capaz de vencer la espiral de violencia, odios y envidias. Ése es nuestro testimonio y nuestra misión. Para ello tenemos dos grandes armas: la Eucaristía y la Oración. Muchas veces, choteadas, banalizadas, pero en ella podemos tener un encuentro real e íntimo con Jesús. Fue la razón de la perseverancia de miles de mártires a lo largo de la historia.

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