No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío [...] porque eres precioso ante mí, de gran precio, y yo te amo." Is 43, 1b.4a
martes, 19 de marzo de 2013
Comentario al evangelio del 19 de marzo
Mt 1,16.18-21.24a:
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
-«José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
Celebramos la Solemnidad de San José, patrón de la Iglesia. Quería, brevemente enunciar dos aspectos que hoy me llaman la atención sobre su figura. Por un lado, el misterio de la vocación, que no es cosa nuestra sino de Dios; por otro lado, el papel que desempeña José en la historia de la salvación.
Sobre el misterio de la vocación, hoy en día, en todos los ambientes, se dice que para realizarse como persona, los jóvenes tienen que estudiar lo que les gusta. Si no, se pueden frustrar. Tantas veces también, ante acontecimientos de la vida, no sabemos encajar los golpes, o las nuevas situaciones que se nos van presentando, de manera que nos aferramos a la tradición o a las costumbres. San José nos enseña a estar abiertos a la voz de Dios y del Espíritu en nosotros, que nos guía por nuevos caminos, muchas veces insospechados. San José nos enseña en definitiva a tener FE.
Y en este caso, el camino que Dios elige para San José, también estaría en contradicción con la mentalidad circulante: es el misterio del "no protagonismo", del "desaparecer", "estar en la sombra", del "no reconocimiento". San José nos enseña a ser simplemente "instrumentos de Dios", "siervos de Dios".
Hoy comienza el pontificado de nuestro papa, que ha elegido el nombre de Francisco (el último de los últimos), pedimos para que sea un pontificado guiado por Dios y nos guíe por el camino de la Fe, y la humildad
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