domingo, 14 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 15 DE ENERO DE 2024

 Mc 2,18-22: El esposo está con ellos.

En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús:

«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?»

Jesús les contesta:

«¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar.

Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día.

Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor.

Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»


Reflexión


Ésta es una de las diferencias sustanciales entre el cristianismo y el judaísmo: el esposo está con nosotros. Nuestra espiritualidad no se construye tanto en la espera, como en el encuentro. Porque Él ya está, ya vino.


Es verdad que tenemos que estar atento a nuestras disposiciones, pero lo fundamental es poder encontrarnos con Él. Nuestra espiritualidad es más del disfrute de su presencia, de su compañía, de su amor, de su cercanía, de su ternura.


Él es el vino nuevo/bueno de las bodas de Caná que contemplamos en el evangelio de ayer. ¿A qué esperamos? Nos los estamos perdiendo.

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