domingo, 28 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 29 DE ENERO DE 2024

 Mc 5,1-20: Espíritu inmundo, sal de este hombre.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. 

Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. 

Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente:

«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes». 

Porque Jesús le estaba diciendo: 

«Espíritu inmundo, sal de este hombre». 

Y le preguntó: 

«¿Cómo te llamas?». 

Él respondió: 

«Me llamo Legión, porque somos muchos». 

Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. 

Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: 

«Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos». 

Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. 

Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado. 

Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se asustaron. 

Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca. 

Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: 

«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti». 

El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.


Reflexión


Jesús llega a una región de demonios, una expresión para explicarnos que había una relación con la muerte, lo contrario a Dios. Y ésta es la riqueza, que luego se explica con los 2000 cerdos, que valdrían una fortuna.


Jesús libera a este hombre de las ataduras del demonio. Es la victoria de la vida sobre la muerte. Y aquí encontramos, como en otros textos, la relación que tiene para Jesús entre la riqueza y la muerte. 


Y los dueños prefirieron la muerte a Jesús…y lo expulsaron. Y ésta suele ser la situación típica, la riqueza expulsa a Jesús, como estamos bien…


Y Jesús rechaza el testimonio de este hombre para evitar el proselitismo interesado, prefiere el anonimato, llamado “secreto mesiánico”. Por ello, sólo le permite dar su testimonio a su familia.

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