lunes, 8 de enero de 2024

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 9 DE ENERO DE 2024

 Mc 1,21-28: Les enseñaba con autoridad.

En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar:

«¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».

Jesús lo increpó:

«¡Cállate y sal de él!»

El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».

Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.


Reflexión


Les enseñaba con autoridad. Una expresión enigmática. Por un lado, entendemos como convicción, que impresionaba y convencía a la gente. Su “autoridad” consistía en eso: en la fuerza de convicción que todo el mundo notaba y percibía. Era una autoridad “carismática” y “profética, asociada a su persona, a su manera de vivir y, por eso, a la fuerza de atracción que ejercía, desde su libertad, en las convicciones de quienes tenían la suerte de ver, sentir y escuchar lo que enseñaba.


Por otro lado, esa enseñanza estaba más centrada en la experiencia de  Dios, sino en la casuística a la que se tenían que someter los piadosos y observantes.


Por tanto, era una enseñanza centrada en la persona y en la liberación de ésta. Sin embargo, en este texto, ponen paralelamente a los letrados y demonios, porque a fin de cuentas, hacían lo mismo: complicarle la vida a la gente, sin dar solución de nada a nadie. 

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