miércoles, 11 de enero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 12 DE ENERO DE 2023

 Mc 1,40-45: La lepra se le quitó, y quedó limpio.

En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:

«Si quieres, puedes limpiarme».

Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:

«Quiero: queda limpio.»

La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio.

Él lo despidió, encargándole severamente:

«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó

Moisés, para que les sirva de testimonio.»

Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.


En el evangelio de hoy podemos contemplar dos revoluciones: el acercamiento de Jesús al leproso y la afirmación del leproso.

En primer lugar, la gran revolución es el acercamiento de Jesús a alguien impuro. Es la misericordia en acción. En el Antiguo Testamento, aunque a Dios se le defina como misericordioso, hay disposiciones para el alejamiento de la comunidad de las personas que tenían lepra. Sin embargo, este Dios del Nuevo Testamento es el Dios que se acerca y reintegra. Ésta es la auténtica revolución. No es que sean distintos el Dios del Antiguo Testamento y el del Nuevo Testamento. Es el mismo Dios el que nos envía a Jesús. Es una evolución en la actuación siendo la cúspide la vida de Jesús. A partir de entonces, sabemos que Dios se "moja" en nuestros problemas, miserias y circunstancias.

Me parece curiosa la afirmación del leproso: "si quieres, puedes limpiarme". Normalmente en las curaciones, es la fe del enfermo la responsable de la curación. En este caso, el leproso le da la responsabilidad en Jesús. Parece incluso una falta de respeto. Sin embargo, vemos el espíritu o intención de Dios a través de Jesús: curar, salvar.

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