martes, 17 de enero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 20 DE ENERO DE 2023

Mc 3,13-19: Llamó a los que quiso para que estuvieran con él.


En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él.

E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios:

Simón, a quien puso el nombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote, el que lo entregó.



Llamó a los que quiso para que estuvieran con él. Comienza Jesús a llamar de entre sus seguidores. Para que vivan con él, lo conozcan, lo observen, aprendan de él. 


Aquí está la clave inicial: Jesús llama para que estén con él. Estar con él es la condición sine qua non, para poder ser su testigo, su apóstol. Yo diría también para poder ser cristiano.


Y que suerte tenemos de poder vivir con él, contemplarlo de cerca. Escuchar su voz, oír su respiración…


Pero muchas veces, pretendemos ser altavoz sin pilas, porque pretendemos anunciarlo a Él sin haber estado con Él.


No nos olvidemos, la llamada se alimenta del encuentro con el Maestro.


SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS




MATERIAL  


                     


REFLEXIONES BÍBLICAS Y ORACIONES PARA EL OCTAVARIO


DÍA 3: Haz justicia, ama la misericordia, camina humildemente


Lecturas


Mi 6, 6-8


Mc 10, 17-31


Reflexión


Un nosotros, no un yo. El profeta advierte al pueblo lo que significa fidelidad a la alianza con Dios: «Lo que el Señor exige de ti, tan solo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios». En hebreo bíblico, la justicia y la bondad (misericordia) no son diferentes u opuestas entre sí. De hecho, están unidas en una sola palabra, mishpat. Dios nos ha mostrado lo que es bueno, pidiéndonos que practiquemos la justicia amando la bondad y caminando humildemente con tu Dios. Caminar humildemente con Dios significa caminar junto a los demás y, por lo tanto, no se trata solo de algo individual: mi caminar, mi amor.


El amor al que Dios nos invita es siempre un amor que nos reúne en comunión: un nosotros, no un yo. Esta perspectiva marca la diferencia en el modo de «practicar la justicia». Como cristianos, actuamos con justicia para manifestar la presencia del reino de Dios en el mundo y, de esta manera, invitar a otros a entrar en este espacio de la bondad del amor de Dios. En el reino de Dios todos somos amados por igual como hijos de Dios, y como Iglesia de Dios estamos llamados a amarnos unos a otros como hermanos y hermanas e invitar a otros a participar de ese amor.


Lo que el Señor exige de ti, ser mortal, tan solo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios.


Maestro bueno, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna?

Practicar la justicia, amar la bondad y caminar humildemente con nuestro Dios es una llamada para todos los cristianos a trabajar juntos dando testimonio del reino de Dios en nuestras comunidades: como un nosotros, no como un yo.


Unidad cristiana


«Caminar humildemente» fue el gran desafío del joven rico que le preguntó a Jesús qué debía hacer para heredar la vida eterna. Había obedecido todos los mandamientos desde su juventud, pero no podía dar el paso para unirse a los discípulos de Jesús debido a su riqueza; estaba en deuda con sus posesiones. Qué difícil es para los cristianos soltar aquello que consideramos nuestras riquezas, que nos alejan de una riqueza mayor, la de unirnos a los discípulos de Jesús en la unidad de los cristianos.


Desafío


¿Cómo pueden nuestras Iglesias responder mejor a las necesidades de nuestros prójimos más vulnerables? ¿Cómo podemos hacer para que cada voz sea respetada en nuestras comunidades?


Oración


Dios de amor y misericordia, Ensancha nuestra mirada para que podmos comprender la misión a la que estamos llamados junto a nuestros hermanos y hermanas cristianas, de manera que mostremos la justicia y la bondad misericordiosa de tu reino. Ayúdanos a acoger a nuestros prójimos como tu Hijo nos acogió. Ayúdanos a ser más generosos al dar testimonio de la gracia que nos has concedido por tu liberalidad.

Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

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