martes, 17 de enero de 2023

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL 19 DE ENERO DE 2023

 Mc 3,7-12: Los espíritus inmundos gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios", pero él les prohibía que lo diesen a conocer.


En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacia, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.


Al comienzo de su vida pública, este enseñar nuevo, con autoridad y los milagros que hace, atrae a muchedumbres. Sin embargo, sólo los espíritus inmundos sabían quién es.

De manera sencilla, me pregunto por qué sigo a Jesús. 

¿Sigo a Jesús porque me encandila su manera de hablar y actuar?. Esto puede ser un primer nivel de seguimiento. 

¿Sigo a Jesús porque me puede ayudar en lo que necesito?

Estamos comenzando este tiempo ordinario. Aunque comenzó diciendo: “se ha cumplido el plazo”; conviene que vayamos poco a poco, contemplando a Jesús, sus palabras, gestos, miradas, para que podamos acceder a Dios. Pero tengamos como horizonte que tenemos que llegar al reconocimiento de su divinidad y postrarnos ante Él, como hicieron los espíritus inmundos.


SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS




MATERIAL  


                     


REFLEXIONES BÍBLICAS Y ORACIONES PARA EL OCTAVARIO


DÍA 2: Cuando se hace justicia...


Prov 21, 13-15 Cuando se cumple el derecho, el justo se alegra y los malhechores se echan a temblar.



Mt 23, 23-25 No se preocupan de lo más importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe.


Reflexión 


Desde el principio, el libro de Proverbios se propone dar a conocer la sabiduría y la educación en «justicia, derecho y honradez» (1, 3). A través de sus oráculos de sabiduría, la llamada a actuar con justicia y a buscar la justicia es un estribillo constante que todos comparten y afirman ri- gurosamente, siendo más agradable a Dios que cualquier sacrificio. En una sola frase, que es una perla de sabiduría, el orador testifica que los justos se regocijan cuando se hace justicia. Pero la justicia molesta a quie- nes practican la iniquidad. Los cristianos, allende sus separaciones, deben estar unidos en alegría cuando se hace justicia, y han de estar preparados cuando la práctica de la justicia conlleve la oposición de los demás. Cuando hacemos lo que el Señor nos pide y nos atrevemos a buscar la justicia, podemos encontrarnos insertos en un torbellino de resistencia y oposición a cualquier intento de hacer las cosas bien en favor de los más vulnerables que se encuentran entre nosotros.


Aquellos que se benefician de los sistemas y estructuras respaldadas por la idea de la supremacía de los blancos y otras ideologías como el sistema de castas o el «patriarcado», pondrán impedimentos a la justicia, incluso ejerciendo la violencia. Pero buscar la justicia es golpear el corazón de los poderosos, abriendo espacio para la recta y estable sabiduría de Dios en un mundo que se muestra con frecuencia impasible ante el sufrimiento. Aun así, hay alegría cuando se actúa con justicia. Hay gozo cuando se afirma que «la vida de los negros importa» y se persigue que se haga justicia con aquellos que son oprimidos, sometidos y explotados, que son los preferidos de Dios.


Hay alegría en la búsqueda de la reconciliación con otros cristianos, pues de esa manera podemos servir mejor a la proclamación del reino. Dejemos que esa alegría se manifieste a través de nuestras experiencias compartidas de la presencia de Dios en comunidad, en aquellos espacios conocidos y desconocidos donde descubrimos a Dios caminando con nosotros hacia la salvación, la reconciliación y la unidad en Cristo.


Unidad cristiana


Los líderes religiosos a los que Jesús se dirige en el pasaje del Evangelio se han acostumbrado y se han acomodado a las injusticias del mundo. Se sienten a gusto cumpliendo los preceptos religiosos del diezmo de la menta, el eneldo y el comino, pero descuidan las exigencias más importantes y más desestabilizadoras de la justicia, la misericordia y la fidelidad. Del mismo modo, los cristianos nos hemos acostumbrado y acomodado a las divisiones que se dan entre nosotros. Somos fieles, en gran parte, a la observancia de los preceptos religiosos, pero descuidamos el desafiante deseo del Señor de que todos sus discípulos sean uno.


Desafío


¿Cómo pueden las congregaciones locales apoyarse mutuamente para resistir la oposición que puede derivarse de obrar con justicia?


Oración


Dios, tú eres la fuente de nuestra sabiduría. Te pedimos sabiduría y coraje para obrar con justicia y para enderezar aquello que está errado en nuestro mundo; te pedimos sabiduría y coraje para crecer en la unidad de tu Hijo, Jesucristo, que contigo y el Espíritu Santo, reina por los siglos de los siglos. Amén.

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