martes, 16 de octubre de 2012

Comentario al evangelio del 16 de octubre

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo lo invitó a comer a su casa. El entró y se puso a la mesa. Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo: –Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro rebosáis de robos y maldades. ¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? Dad limosna de lo de dentro, y lo tendréis limpio todo. "Dad limosna de lo dentro". Me quedé con esta frase del evangelio de hoy. Nuestras relaciones entre nosotros, muchas veces están llenas de formalidades, de acciones externas, pero vacías en el interior. Muchas veces vivimos con unas relaciones llenas de falsedades, donde falta la sinceridad, la honestidad, el diálogo. Estamos preocupados del exterior, de la imagen que estamos dando, pero no estamos preocupados de quienes somos, y a quien estoy dando ante los demás. Jesús nos invita a ser auténticos. Fíjate que Él no cambió su forma de actuar por estar en casa del fariseo, sino que su libertad le hizo ser él mismo. También nos invita a cuidar el interior, a valorar más nuestra interioridad. Porque también trasladamos esta forma de relacionarme a nuestro trato con Dios. Ojalá todos tengamos alguien que, como Jesús, nos haga despertar de este mundo irreal, basado en lo exterior, en el cual muchas vivimos, para vivir en el mundo real basado en relaciones auténticas entre Dios y entre nuestros hermanos los hombres.

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