No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío [...] porque eres precioso ante mí, de gran precio, y yo te amo." Is 43, 1b.4a
martes, 30 de octubre de 2012
Comentario al evangelio del 30 de Octubre
Lc 13,18-21:
En aquel tiempo, Jesús decía:
-¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.
Y añadió:
-¿A qué compararé el Reino de Dios?
Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.
Este evangelio me alienta en la esperanza, que es la "cualidad" del cristiano que le hace recordar que Dios está actuando en la historia, y por tanto, no está solo. Pero por otro lado, le empuja a trabajar por el Reino.
Me recuerda esta comparación de la pequeñez de la semilla. Igualmente nos podremos sentir "poca cosa" los cristianos. Ya no somos mayoría o masa, pero sin embargo, llevamos en nosotros a Jesús.
Me recuerda también el crecimiento de Jesús, hasta los 30 años pasó desapercibido, pero su "semilla" iba creciendo, hasta ser un gran árbol donde todos los cristianos buscamos refugio, protección y aliento. Este árbol es el "árbol de la cruz".
Pero la segunda comparación me alienta en la esperanza de saber que si somos auténticos cristianos, seguidores de Jesús, seremos capaces de fermentar la masa, incluso dice el evangelio tres medidas de harina. Aquí quiero entender (a lo mejor forzando el texto), que estas 3 medidas de harina, hace referencia a toda la humanidad (siendo el 3 un número con un gran simbolismo en la biblia), con sus distintas cualidades, culturas, cerrazón o no al evangelio. Muchas veces, podremos pensar que el evangelio es cosa sólo para unos pocos. Cuando planteamos alguna acción pastoral, a algunas personas las hemos dejado por perdidas y no nos planteamos ofrecerles el evangelio a ellos. Nos olvidamos que es Dios quien toca los corazones. Y nos olvidamos que la persona, como decía Karl Rahnner es un "existencial sobrenatural", por el cual hay una capacidad o una necesidad de Dios en el corazón de cada hombre.
Que este evangelio de hoy nos haga cultivar la semilla de la fe a través de la oración, de la Palabra de Dios y la Eucaristía, para que crezca y así demos fruto abundante siendo levadura en medio de esta sociedad.
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