No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío [...] porque eres precioso ante mí, de gran precio, y yo te amo." Is 43, 1b.4a
lunes, 22 de octubre de 2012
Comentario al evangelio del 22 de octubre
Lc 12,13-21
En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús:
–Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.
El le contestó:
–Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros ?
Y dijo a la gente:
–Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.
Y les propuso una parábola:
–Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: ¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha.
Y se dijo: Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: «Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años: túmbate, come, bebe y date buena vida».
Pero Dios le dijo: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?»
Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.
Aquel hombre era tan rico, que sólo tenía dinero. En este evangelio, el Señor nos pone sobreaviso sobre el sentido de la vida. ¿Cuál es? ¿Acumular riquezas y luego darse una "buena vida"?. Fíjate que esa tentación es el causante de la crisis económica actual. En esta crisis nos damos cuenta de que nada es eterno. Que las grandes empresas, que parecían seguras, han caído. La muerte viene siendo el termómetro para hacer un parón en la vida y darnos cuenta de lo que realmente es importante en la vida o no.
Muchas personas suelen decir que "al cielo no nos llevamos nada", sin embargo, a todos se nos pega el polvo del camino y caemos en algo de codicia, avaricia...Sin querer, seguimos pensando que la felicidad viene de tener una vida con todas las comodidades, donde nos sobre y podamos tener nuestro ocio y nuestras aficiones...
Creamos en la palabra del Maestro: "su vida no depende de sus bienes".
Si el sentido de la vida no es vivir de cara a las riquezas, el trabajo, sino ser rico ante Dios; intentemos vivir de cara a Dios, "María escogió la parte mejor", abriendo nuestro corazón a Él.
Si el sentido de la vida no es acumular riquezas; aprendamos a compartir, para que "todos" podamos disfrutar de los bienes de este mundo, que son de "todos".
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