No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío [...] porque eres precioso ante mí, de gran precio, y yo te amo." Is 43, 1b.4a
lunes, 3 de septiembre de 2012
Breve comentario al evangelio del 3 de septiembre
Lc 4,16-30: Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres...Ningún profeta es bien mirado en su tierra.
En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el Libro del Profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
«El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido.
Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres,
para anunciar a los cautivos la libertad,
y a los ciegos, la vista.
Para dar libertad a los oprimidos;
para anunciar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles:
-Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían:
-¿No es éste el hijo de José?
Y Jesús les dijo:
-Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»: haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.
Y añadió:
Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del Profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán, el sirio.
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
Pudiendo fijarme en el contenido del texto de Isaías, esta mañana cuando leía el texto, resonó en mí de una manera fuerte esta expresión: "hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír". Independientemente de lo que ese texto expresaba "El Espíritu está sobre mi, me ha ungido...", me he fijado solamente en esa expresión. Y pensaba cuantas veces acudo a leer tu Palabra como una luz, como un buen consejo, es decir una palabra escrita hace muchos años, letra muerta. Quizá tantas veces no caigo en la consideración que esta Palabra está viva, dicha para mi y se cumple. Yo personalmente estoy cansado de tant palabrería en todos los ámbitos, de tanta palabra muerta, vacía, sin cuerpo, pero sobretodo, palabra que no se cumple. Uno de los apartados del plan de formación ce seminarios mayores, les pide a los candidatos que sean "fieles a la palabra dada".
Cuanto más podremos de decir de Dios que es fiel a sus promesas. Lo que no hay que hacer decir a Dios, lo que no ha prometido o pronunciado.
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