No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío [...] porque eres precioso ante mí, de gran precio, y yo te amo." Is 43, 1b.4a
viernes, 28 de septiembre de 2012
Comentario al evangelio del 28 de septiembre
Lc 9,18-22: Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que padecer mucho.
Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó:
-¿Quién dice la gente que soy yo?
Ellos contestaron:
-Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
El les preguntó:
-Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Pedro tomó la palabra y dijo:
-El Mesías de Dios.
El les prohibió terminantemente decírselo a nadie. Y añadió:
-El Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y letrados, ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Ayer terminaba el evangelio con la expresión en labios de Herodes: "¿Quién es éste de quien oigo semejantes cosas?". Hoy en la misma línea, podemos nosotros respondera a la pregunta que nos hace el mismo Jesús, quién decimos nosotros que es Él.
Esta es una pregunta que tiene un riesgo: responderla de memoria.
Sólo podemos decir Jesús es el Señor por la fuerza del Espíritu Santo, dice la Biblia.
Busquemos un momento de encuentro para poder ir conociendo al Señor. No podemos seguirle, si antes no lo conocemos y no lo amamos.
Sabemos que el camino es duro, porque Él va a padecer, y nosotros con Él. Pero resucitará y ganará la fe y el amor.
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