viernes, 14 de septiembre de 2012

Comentario al evangelio del 14 de septiembre

Jn 3,13-17: Tiene que ser elevado el Hijo del Hombre. En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: -«Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.» Hoy celebramos la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz. Anoche, cuando pensaba en ésto, en seguida me venía a la mente una frase del evangelio, que aunque no corresponde al de hoy, esta fiesta me evoca: “cuando yo sea elevado, atraeré a todos hacia mi" (Juan 8,27; Jn 12,32). Pensaba que es cierto, cuantas imágenes de Cristo repartidos por toda la geografía insular, nacional, etc; tienen un gancho indescriptible. No es un día para grandes discursos, sino para contemplar mucho. Y está claro que la sabiduría del evangelio está escondida detrás de los maderos de la cruz. Me atrevo a decir, que la vida de Jesús fue una preparación para la revelación máxima de la cruz. Ahora si podemos entender el gran amor de Dios. Vemos lo que Dios es capaz de hacer por nosotros, hasta donde llega su AMOR. Hoy, dediquémosle un ratito de contemplación a alguna imagen de un Cristo. Que captemos todos los detalles. O, haz una oración de contemplación de la escena de la cruz en el evangelio, como si fuera un polizón, métete en la crucifixión y, simplemente contempla calladamente. Buen día.

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