No temas, que te he redimido, te he llamado por tu nombre, tú eres mío [...] porque eres precioso ante mí, de gran precio, y yo te amo." Is 43, 1b.4a
sábado, 8 de septiembre de 2012
Comentario al evangelio del 9 de Septiembre
Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,31-37):
En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos.
Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.»
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»
Whatsapp es la aplicación para los móviles que está de moda. Es una aplicación que engancha y crea dependencia, porque por medio de ella podemos crear grupos y compartir videos, fotos, sonidos. También podemos simplemente conectarnos con el otro y chatear. Lo bueno de ello es que sus mensajes son gratuitos. Algunas veces no funciona y es que el servidor está saturado. Es una aplicación multiplataforma, es decir, que acepta distintos móviles y sistemas operativos.
Effetá es lo que tenemos que pedir a Jesús, para que nos quite la sordera y podamos comunicarnos con Dios y con las personas. Hoy en día hay mucha sordera en nuesta sociedad. Fíjate que el sordo mudo, estaba encerrado en su mundo aún no estando solo. Hay muchos "sonidos", que por estar en nosotros mismos, no oimos, escuchamos, no percibimos.
Effetá es como ponerle a nuestro móvil la aplicación whatsapp. Por medio de ella nos damos cuenta de que podemos comunicarnos y entablar relaciones entre todas las personas. Para ello, necesitamos de un lenguaje común (el lenguaje del whatsapp): el lenguaje del amor. Un lenguaje que no excluye, sino que incluye; un lenguaje que engancha y crea dependencia. Pero un lenguaje para el que hay que estar conectado al servidor, si no, no salen los mensajes.
El amor sólo puede ser hablado mediante nuestra mirada a Dios. Jesús suspiró mirando al cielo. Incluso les pide que no dijesen nada a nadie, se podría malinterpretar. Sólo podría ser entendido el lenguaje del amor desde la cruz.
Pidámosle al Señor que nos abra nuestros oídos, pero también nuestro corazón, todos nuestros poros, nuestros ojos, nuestra boca; para que el lenguaje del amor, el único lenguaje universal sea nuestra especialidad o seña de identidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario